Aunque nuestros estudios científicos y filosóficos sobre el deporte nos han permitido catalogar al fútbol, las carreras de caracoles y las peleas de gallos como disciplinas deportivas, averiguando por el contrario que el ajedrez, el circo o los videojuegos no son deportes, en otros casos no hemos podido llegar a una conclusión definitiva sobre la naturaleza deportiva o no de la actividad, como es el caso del golf, la petanca, los dardos o el curling. Uno de los mundos en que más dudas tenemos es el de las competiciones de motor. Está claro que hay una competición con reglas, pero en el automovilismo y el motociclismo el ejercicio está más presente en el artefacto mecánico que en el biológico que lo conduce. Dadas las diferencias físicas entre hombre y máquina, no sabemos si se puede llamar ejercicio al movimiento de esta última, sometido a muy diferentes patrones de desgaste, potencia, cansancio y consumo de combustible que el homo sapiens.
Esta misma duda nos sucede con los planeados Juegos Olímpicos de robots que pretenden celebrar en China en 2010. Como en el caso del curling, no sabemos si son un deporte o no. Las competiciones mixtas de robots y humanos que reseñábamos aquí está claro que sí lo son, pero ¿y las exclusivas de robots?
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