Todo aquello que no te cuenta la prensa, la televisión y la radio sobre el deporte. Se acabó el peloteo y la censura, ahora llega la verdad sobre el deporte en todos sus aspectos, analizada por el equipo humano más competente e instruido del periodismo deportivo. Que tiemblen los estadios, canchas y despachos.
domingo, 4 de abril de 2010
Política, deporte y choriceo
Uno de los múltiples robos en los que parece que ha participado el señor Jaume Matas es un caso de "corrupción deportiva" como los denunciados en este blog. Aparte de otros casos de malversación de caudales públicos, cohecho y prevaricación, tenemos el caso Palma Arena, resumido en la wikipedia:
"Jaume Matas está siendo investigado por el caso "Palma Arena", la construcción de un velódromo que en un principio iba a costar 48 millones de euros finalmente se pagó por él 100 millones de euros, este sobre gasto fue paralelo al aumento del patrimonio de Jaume Matas que subió de forma espectacular. Un piso de lujo en Madrid, una casa señorial en el casco antiguo de Mallorca, conocido como "el palacete" y la reforma total de éste hicieron sospechar enseguida que el sobre coste de la construcción del velódromo era en realidad un desvío de dinero para subvencionar campañas del Partido Popular y enriquecerse Jaume Matas de forma ilícita. La denuncia de un ciudadano anónimo fue el inicio de la investigación que estudia el patrimonio del ex-president que contemplaba un tren de vida incompatible con sus ingresos declarados. El 30 de marzo de 2010, el juez Castro le impone una fianza de 3.000.000 de € para eludir la cárcel."
En todo caso, ser político en España ya es un gran chollo choricero, incluso de forma legal, como explican en este interesante vídeo:
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Muy bueno el vídeo, estoy totalmente de acuerdo. Político debería ser una profesión no un titulo nobiliario, que aquí el alcalde de cualquier pueblo ya parece un marqués.
1 comentario:
Muy bueno el vídeo, estoy totalmente de acuerdo. Político debería ser una profesión no un titulo nobiliario, que aquí el alcalde de cualquier pueblo ya parece un marqués.
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