El futbolista Henry del Barcelona cobra 21´4 millones de euros anuales, siendo según la revista Sports Illustrated el jugador de fútbol mejor pagado en España. Teniendo en cuenta que el entrenamiento diario de un futbolista está en torno a las 5 horas y sus vacaciones en torno a un mes, podemos calcular, incluyendo también los partidos, que su hora de trabajo es pagada aproximadamente a unos 20.000 euros. Por su parte, el sueldo medio en España se sitúa en 21.400 euros anuales por 8 horas diarias, lo que significa que se paga aproximadamente 12 euros por hora trabajada. Según la teoría económica oficialmente dominante, la remuneración de un trabajo depende de la escasez de la oferta y de su demanda por parte del mercado, y esa demanda es un fiel reflejo de la utilidad que ese bien o servicio producido supone a la sociedad, por lo que podemos concluir que el servicio que Henry nos ofrece es más de 1.600 veces más útil que el del trabajador/a medio español. Es evidente que ha llegado el momento de que toda esa morralla de médicos, fontaneros, electricistas, panaderos, ingenieros, conductores, contables o agricultores empiece a dar el callo y hacer algo útil para la sociedad de una puñetera vez. Una cosa es que tu trabajo sea la mitad de útil que el de Henry, o incluso una décima parte, pero no hacer ni una milésima parte que el futbolista deja muy mal a los asalariados españoles. Vagos, incompetentes, pésimamente cualificados... en La Verdad del Deporte no nos gusta ser duros, pero estas cifras nos han sorprendido negativamente, no tenemos más remedio que usar estos calificativos. De hecho, sin salir del mundo del deporte, si hubiéramos escogido para la comparación a Fernando Alonso los trabajadores hispanos hubieran salido peor parados todavía. ¿Y si hubiéramos escogido a las ocupaciones que el mercado, con su neutralidad y objetividad incuestionable, considera más útiles todavía que el deporte profesional? Si hubiéramos hecho la comparación con banqueros, grandes especuladores o industriales del sector armamentístico, el lamentable empleado ibérico hubiera salido mucho peor parado aún. Por tanto, desde este humilde rincón del ciberespacio no nos queda otra que recomendar al pueblo español, europeo y mundial en general que, para salir de la crisis, se ponga de una vez a la altura de sus futbolistas, o que sus futbolistas se pongan a la altura del pueblo, o que la ortodoxia económica oficial se ponga a la altura de la realidad, o que los catedráticos de economía jueguen más al fútbol, o que estalle la burbuja futbolística, o que baje la cotización del balón de fútbol, o que se enseñe a jugar al golf en los colegios públicos; pero sobre todo, como periodistas deportivos que somos, exigimos que se inyecte dinero en el fútbol para superar la crisis en Europa. Solamente la solidez del sistema bancario y futbolístico español es garantía de crecimiento y prosperidad para tós.
El trabajador español se asemeja al oso perezoso que podemos observar arriba. Menos mal que los banqueros y deportistas profesionales aportan cientos o miles de veces más a la sociedad, para compensar.
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2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. El fútbol está increíblemente sobrevalorado, se manejan cifras grandísimas con una naturalidad y tranquilidad pasmosas.
Bueno, y digo yo: otra solución sería que los fontaneros, electricistas, ingenieros, etc., pidieran 20.000 euros por hora currada, ¿no?
No es que los futbolistas de primera estén demasiado bien pagados (20.000 euros a la hora no es tanto, al fin y al cabo. Se necesitan, al menos, 10 horas de ésas para poder comprar un piso), sino que la clase currante siempre ha sido algo remisa a la hora de pedir.
Yo, por ejemplo, a partir de ahora cobraré a 18.000 euros la hora de consulta (y aún seré modesto). Como mis pacientes no están muy bien de la cabeza, los pobres, pues con que haya uno que pague por año, solucionado. Y, hombre, si la mayoría se negara a pagarme, entonces les diría: "que es broma, dame los 50 euros de marras y arreglados". Con la ventaja añadida de que esos 50 les parecerán una miseria después de haberles pedido 18.000. En fin, y si cuela. Nunca se sabe.
Excenlente artículo.
Saludos.
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