Privatizando el polideportivo más rentable de Madrid

Una huelga, una concentración, un encierro en el propio polideportivo y la recogida de firmas ha sido la respuesta a la planeada privatización de la gestión del polideportivo de Chamartín. Según los trabajadores, "Chamartín es el centro que menos pérdidas tiene, el más rentable. Si cae, caeremos todos". "La reforma acometida en el Polideportivo de Chamartín se está realizando con los fondos del Plan E del Gobierno central y ahora servirá para enriquecimiento de alguna empresa amiga o acreedora del equipo de Gobierno de Gallardón". "Se está regalando el patrimonio municipal que pertenece a los madrileños para que redunde en el beneficio de unos pocos elegidos". Este edificio enorme tiene 5.000 metros cuadrados y una de las mejores piscinas de Madrid. Las previsiones a medio plazo son un encarecimiento del servicio, peores condiciones de trabajo y menores contrataciones de trabajadores, además de la continuación de la privatización al resto de polideportivos.

La política deportiva oficial es un trasunto de la política general: socializar las pérdidas de los elegidos y privatizar sus ganacias, socializar un negocio de dopados para entretener a las masas, beneficiado con todo tipo de subvenciones y favores, y privatizar las instalaciones deportivas públicas. Los designios deportivos del poder para sus súbditos están claros: si hace ejercicio, hágalo en serio, con buenas dosis de anabolizantes y patrocinadores, hasta salir en televisión y ser aclamado como un héroe; si no, quédese viéndolo en casa, como buen aficionado. Ya lo pusimos en imágenes en esta entrada.



Arriba podemos ver a unos peculiares trabajadores de las instalaciones deportivas, manifestándose por extrañas e incomprensibles motivaciones, en lugar de hacerlo por las entendibles motivaciones habituales de la población.