Además de la extraña "lucha por la libertad de Cataluña" que el presidente del Barcelona Joan Laporta dice defender, este potentado está envuelto en asuntos aún más rocambolescos, como cuentan
aquí. Los responsables de la seguridad tanto del Barcelona como de Laporta serían nada menos que ex-agentes secretos israelíes, que habrían sido contratados a raíz de una curiosa historia:
"La culpa fue de Sean Connery. El ex agente 007 quería ver en directo al Barça y, para ello, acudió a los oficios de su buen amigo Arnon Milchan, un conseguidor con un peso específico en Hollywood, donde ha sido uno de los más importantes productores de las dos últimas décadas. Milchan le llevó a la capital catalana y le consiguió un asiento en la tribuna del Camp Nou en marzo del 2006 para ver el partido contra el Chelsea. Ése fue el principio de una gran y fructífera amistad: la del productor hollywoodiense y la del presidente del Barça, Joan Laporta.
Milchan se interesó inmediatamente por realizar una película sobre el FC Barcelona, pero el proyecto no cuajó. Entonces, según reconocieron a El Confidencial fuentes internas de la entidad azulgrana, varió el punto de mira e intentó hacerse con los derechos audiovisuales del club. Laporta llegó a plantear el tema en una junta directiva, pero ante la oposición de la mayoría de los miembros, acabó abandonando esta idea.
Ahora, al final, ha cuajado uno de los proyectos presentados: hacerse cargo de una auditoría de seguridad y de la propia seguridad tanto del club como de su presidente. Para contratar sus servicios, Laporta argumentó ante la junta que era objetivo del terrorismo internacional como consecuencia de su cargo. Cuando fue requerido sobre la procedencia de esa información, se mostró reticente, pero al final confesó que fueron fuentes de la propia compañía que había contratado quienes lo habían alertado de tal posibilidad.
Lo cierto es que la compañía Blue Sky International (BSI), creada hace poco más de un año, ha tomado prácticamente las instalaciones del Camp Nou desde hace semanas."
El tal Milchan tiene contactos con la élite israelí y ha estado envuelto en diversos asuntos turbios de espionaje, según cuentan en la noticia. Teniendo en cuenta que organismos como el Mossad, junto a otros como la CIA o la OTAN, hace mucho que están en el punto de mira por todo tipo de asuntos sucios que van desde secuestros y asesinatos extrajudiciales a terrorismo de bandera falsa, parecen compañeros de viaje apropiados para este presidente de club de fútbol con aficiones políticas. Dice el refrán eso de "dios los cría y ellos se juntan".