martes, 29 de marzo de 2011

La prensa deportiva y la estadística

Hoy transcribimos un artículo de El Tarry, uno de los nuevos colaboradores ocasionales de La Verdad del Deporte. Este especialista futbolero y veterano socio del Real Madrid desde hace décadas, amigo de El Momio, nos trae una crítica de la utilización de la estadística por parte de la prensa deportiva.

De todas las definiciones de estadística que recogen diversos diccionarios de prestigio me quedo con la que creo que mejor la define y que tomo como base para analizar el pintoresco uso erróneo que de esta ciencia hace el periodismo deportivo en este país.
Veamos: Según el Diccionario de uso del Español De María Moliner Estadística es la ciencia que se ocupa del recuento, caracterización y análisis, mediante diversas técnicas matemáticas numéricas, de hechos sociales, científicos o de cualquier clase y de la interpretación de las cifras obtenidas. Subrayo por mi cuenta esta segunda parte de la definición porque se olvida frecuentemente o lo que es peor, se llega en ella a conclusiones erróneas y, en lo que concretamente respecta a la prensa deportiva, totalmente absurdas por carentes de rigor y de toda lógica.

Estamos hartos de leer, oír y ver (la prensa no es solo la escrita) hasta la saciedad sentencias como esta: “En los doce partidos que el colegiado X ha dirigido a este equipo nunca ha perdido”, como si de esta estadística pudiera deducirse que en el próximo, que dirige el mismo árbitro tampoco va a perder. Qué tendrá que ver una cosa con la otra. ¿O es que quiere decirse con eso que el arbitraje es el único factor que condiciona el resultado? Parece que no cuenta, o cuenta menos, lo fundamental: cómo juegan los equipos. ¿No será más sensato pensar que si gana es porque jugará mejor o incluso porque tendrá más suerte? No parece lógico que en los doce partidos anteriores la victoria o el empate sean debidos errores arbitrales, como tendenciosamente se sugiere.

Otro razonamiento (también erróneo) que impepinablemente saca a relucir la prensa deportiva cuando se avecina un partido trascendental para los dos máximos rivales de una competición, es el siguiente: “De los sesenta partidos que en los últimos treinta años han enfrentado a ambos rivales el equipo X ha ganado cuarenta y empatado diez”. ¡Y qué! Nunca de este dato puede deducirse como pretenden algunos que la probabilidad de que vuelva a ganar ese equipo esta vez sea del 66,66 %, por la sencilla razón de que los dos equipos que van a jugar hoy no tienen nada que ver con los que jugaron hace 10, 20 o 30 años. Son otros jugadores, otro entrenador y otras circunstancias. Hablando estadísticamente la muestra de datos que se ha elegido para llegar a esa conclusión (los resultados de años anteriores) no es válida para calcular esa probabilidad.

El mismo razonamiento invalida también el conocido razonamiento acuñado por el periodismo deportivo (y por los aficionados influidos por él) sentenciando antes de un partido que se va a jugar fuera de casa: “A este equipo siempre se le ha dado muy bien ese campo (en el pasado claro, como en el caso anterior).

Y así podríamos seguir con múltiples aseveraciones sin ningún fundamento, aunque para justificarlas pretendan hacer (mal) uso de la estadística.

La última, muy reciente, es una comparación entre la capacidad goleadora de Mesi y Ronaldo, hoy empatados, por cierto: “Mesi marca un gol cada x minutos y Ronaldo cada no sé cuantos”. Todo depende del momento en que se contabilicen esos goles. Si lo hacen cuando cualquiera de los dos jugadores pasan por una sequía goleadora prolongada (ambos la han tenido), el resultado sería muy distinto al que se obtendría si se manejan los datos después del siguiente partido, en el que uno de ellos marcó tres goles.

Por cierto, que al comentar antes el caso de un Derby entre máximos rivales o una final de Copa o de Champions, me viene a la memoria la generalizada expresión de llamarle “el partido del siglo”
¿Cuántos partidos del siglo van ya bautizados así, como si fuera el único?, y estamos empezando el siglo XXI nada más.
Pero esto de las frases y “palabros” inventados por los periodistas deportivos para escarnio de la RAE es otra historia que prometo comentar próximamente en este blog.

EL TARRY

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